viernes, 27 de marzo de 2009

Cali - C'est Quand Le Bonheur





C'est Quand Le Bonheur ? Lyrics
(written by: Bruno Caliciuri)


Je suis pendu vos lvres, esprant le mot
Esprant le oui, qui sauverait ma vie
Je suis pendu au tlphone, mais qu'y a-t-il de plus moche ?
Qu'un tlphone, aphone qui sonne et personne ne dcroche
Je suis pendu votre cou, dans le plus beau de mes rves
Mais je ne me rveille jamais prs de vous, et j'en crve
Je suis pendu sous vos fentres, au pied de l'arbre peut-tre demain
La petite fleur qui va natre, vous racontera mon chagrin

C'est quand le bonheur ?
C'est quand le bonheur ?
C'est quand le bonheur ?
C'est quand le bonheur ?
C'est quand le bonheur ?
C'est quand le bonheur ?
C'est quand le bonheur ?
C'est quand le bonheur ?

Je suis pendu cet espoir que vous m'avez sold
Je suis presque sr l'autre soir, c'est moi que vous avez regard
A chaque fois que le hasard, me dpose devant votre nez,
e suis pendu la cravate, dans mon costume croc macab,
Il parat que vous faiblissez, devant les hommes bien habills,
Je suis tendu c'est aujourd'hui, que je viens vous offrir ma vie,
Peut-tre oserai-je parler, quelqu'un d'autre qu' mes pieds,

C'est quand le bonheur ?
C'est quand le bonheur ?
C'est quand le bonheur ?
C'est quand le bonheur ?
C'est quand le bonheur ?
C'est quand le bonheur ?
C'est quand le bonheur ?
C'est quand le bonheur ?

Et puis ce got amer, est venu taper sur ma bouche,
Je viens de conqurir son cur, mais c'est louche,
Car qui mieux que ces vieux amants, c'est qu'on perd l'amour,
Aussitt qu'on le gagne dcidment, c'est pas facile tous les jours,

C'est quand le bonheur ?
C'est quand le bonheur ?
C'est quand le bonheur ?
C'est quand le bonheur ?
C'est quand le bonheur ?
C'est quand le bonheur ?
C'est quand le bonheur ?
C'est quand le bonheur ?

Cobayas, fariseos y éxtasis


ANTONIO ESCOHOTADO



La juventud tiende a ser audaz, indolente, romántica, afásica, esperanzada, perdedora, generosa y egoísta. Procede mediante ritos de pasaje, rara vez ajenos a melodrama o truculencia, y hasta hace poco carecía prácticamente por completo de capacidad adquisitiva. Ahora consigue dinero de sus familiares, añadiendo a veces un sueldo por trabajo a tiempo parcial, y aunque no puede permitirse grandes derroches tiene más de 100 viernes y sábados en las 52 semanas de cada año. Esa especie de recreo para festivos se orienta a soportar el estrés de los otros días, donde el adolescente ha de comunicarse con sus iguales en voz baja, con el secretismo de quien propone o recibe ofertas disparatadas pero oportunas para paliar la insípida cotidianidad. Vale para él casi cualquier plan ya es un planazo ver si de verdad abrieron cierto sitio muy enrollado , mientras mitigue la languidez del aburrimiento.

No se aburren los hijos de campesino, desde luego, que pronto van asumiendo responsabilidades ligadas a una supervivencia de la familia, y juegan largamente con una llanta de bicicleta y un palo, o algo más tarde cazando y triscando. Sin embargo, también ellos tienden a emigrar como hicieran tantos parientes, movidos por la sensación de que allí se condenarían a elegir menos en general, traicionando de ese modo su libertad. Y el mismo adolescente que se divertía guiando una llanta de bicicleta aprende a aburrirse tras aterrizar en alguna urbe. El antídoto común es una escapada hacia la marcha, que a fuerza de ser periódica y rascar a fondo su bolsillo ofrece empleo a incontables personas y empresas en todo lugar algo próspero del globo.

Justamente porque la juventud tiene dinero como nunca, y es insensata como siempre, preservarla de excesos con la ebriedad no se logrará con infundios, atropellos y omisiones. El gerente de la Agencia Antidroga, pongamos por caso, declaró días atrás a este periódico que «el éxtasis genera abstinencia como las otras drogas», y convendrá que describa el síndrome abstinencial de dicha substancia, el de LSD o el de hongos psilocibios; si lo consigue pasará a los anales de la farmacología científica. A los padres de familia les interesa más bien saber qué tomaron esos chicos muertos en la rave de Málaga. La MDMA o éxtasis tiene un margen de seguridad (proporción entre dosis activa mínima y dosis mortal media) no muy inferior al de la aspirina. Pruebe alguien a tomar 10 aspirinas, y vea manera de contar sin cuitas su experiencia. Si la población está a cubierto de disparates en este terreno no es sólo porque todo el mundo se ha tomado alguna aspirina, sino porque su ingrediente esencial (ácido acetilsalicílico) se vende puro y medido escrupulosamente, atendiendo al principio de que sola dosis facit venenum. Sin meticulosidad en la composición desaparecería cualquier expectiva de empleo razonable.

Oímos entonces que la MDMA no es un medicamento sino un tóxico, cuya circulación se prohibió hace algo más de 15 años. Y bien, la declaración podría ponderarse si desde entonces a hoy sus usuarios no se hubiesen elevado a la enésima potencia, gracias a la propia substancia y a stocks en todo el planeta. Quienes atribuyen las sobredosis a MDMA «purísimo» omiten, además, información valiosa para el público general y para los propios adolescentes.Por ejemplo, que esta substancia fue usada pura por psicólogos, psiquiatras y curiosos durante más de una década sin producir una sola intoxicación; que la OMS dudó mucho a la hora de admitir o negar su «utilidad terapéutica» (véase ONU, Informe del Comité de Expertos, 22 26 de abril de 1985); que la policía inglesa el país más adepto del mundo a la MDMA viene sugiriendo regularizar su consumo, y que nuestra Audiencia Nacional la consideró droga «blanda» tras sopesar el informe pericial de Alexander Shulgin, descubridor de esta sustancia y miles de otras análogas. El Tribunal Supremo casó dicha sentencia para que no se convirtiese en doctrina legal, pero sin mejores razones que cumplir compromisos internacionales, instados en este caso como en el de las demás drogas hoy perseguidas por el gendarme norteamericano.

Veamos si la autopsia de los jóvenes fallecidos en Málaga despeja incógnitas sobre calidades y cantidades. Quienes prueban MDMA no siendo ya jóvenes quedan estupefactos al ver que entre adolescentes ayuda a provocar un frenesí de derviche danzante o ministro de alguna ceremonía vudú, con atronadores altavoces que impiden hablar a otro y oírle, cuando el efecto primario de este fármaco es aumentar la capacidad de empatía, abriendo lo que muchos psicoterapeutas llaman las puertas del corazón. ¿Será que no aprovechan la pastilla para hablar sentidamente porque toman demasiadas, hasta convertirse en un manojo de nervios? ¿Cuántos de promedio toman media o una pastilla? ¿Pudiera haber algún tipo de aprendizaje crucial a través de la danza? ¿Ha estudiado la Agencia Antidroga alguno de estos extremos?

Sus motivos tendrán nuestros hijos para elegir empleo del tiempo libre, y en esta materia nos harán un caso parecido al que hicimos nosotros a los nuestros siendo adolescentes. De ahí que convenga ceñirse a lo básico: todo uso de una substancia psicoactiva es un ejercicio de masoquismo si falta amor propio y conocimiento.Con amor propio y conocimiento tendremos el programa clásico de la sobria ebrietas, un ejercicio de prudente hedonismo en vez de imprudente autodesprecio. Lo pésimo del caso actual es que a la tesitura ética se añaden burdas incertidumbres y engaños.La metanfetamina o speed, por ejemplo, es 10 veces más activa y tóxica que la MDMA (metilendioximetanfetamina) o éxtasis, y muy distinta por la experiencia inducida.

Hace tiempo me ofrecieron un comprimido de MDMA «purísimo», del que por cautela sólo tomé medio. Una hora más tarde fue evidente que era más bien puro speed, en una dosis descomunal que borró toda perspectiva de sueño durante 30 horas. Aunque queremos echarle la culpa al éxtasis, o a la metanfetamina, quien la tiene es una cadena de desinformación, que comienza con un químico improvisado en la bañera de su casa, sigue con un par de camellos analfabetos y termina en los bolsillos de un incauto como créme de la créme.

Mirando a vista de pájaro, el éxtasis ha dulcificado el clima más áspero de décadas anteriores, y es preferible que la edad del pavo ventile su deuda con la ebriedad usando un «entactógeno» o comunicador que con salvajadas como datura o beleño, excitantes cocaínicos o vehículos de retiro senil y buena muerte, como los opiáceos. Incluso es positivo que el rito de pasaje actual con la LSD, una substancia mucho más delicada de manejo, se haga pasando antes por el moderado viaje emocional del éxtasis. Puesto que el joven ha de vivir su vida, poca prudencia le inspiraremos con fábulas y alarmismos. Cuando un hijo quiere navegar o volar no abortaremos su deseo evocando naufragios y catástrofes aéreas, pero él entenderá y agradecerá que le instemos a ser un navegante o un piloto competente. Cuando nuestros jóvenes deciden hacer viajes químicos poco atenderán a profecías de instantánea degradación y muerte, pero cabe pedirles que empiecen instruyéndose con información precisa, y agradecerán el realismo.

Esta perspectiva retorna en un mundo donde el desuso ha derogado los reglamentos prohibicionistas, mientras una amplia oferta inunda cualquier rincón del horizonte y replantea qué será velar de verdad por la salud pública. Ofende cada muerto involuntario adicional, e involuntarios son todos los fulminados por algún adulterante o sucedáneo, no menos que por impurezas y mala dosificación.Imaginemos una farmacia maligna donde pedimos magnesio y nos dan cianuro, y elevemos el número de sus filiales a millones por toda la faz del planeta. ¿Estamos ante el argumento de una película sobre genocidas? No, es simplemente el fruto final del experimento prohibicionista.

Por otra parte, no somos tan incultos farmacológicamente como hace 30 o 40 años. Si en vez de demagogia buscamos soluciones graduales, con planes limitados a ciertas ciudades o partes de ellas, regalando unas drogas en programas de beneficencia, vendiendo otras en la farmacia, situando algunas en estancos y supermercados, y repartiendo un último grupo en departamentos de antropología, psicología y filosofía de la religión, abiertos siempre a cancelar o recortar los proyectos a la vista de sus resultados, y combinando todo ello con campañas de información auténtica (entendámonos: orientadas al uso y a sus albures concretos), esta postura podría ganar en España y en otros varios países de la Unión un referéndum por goleada.

Las promesas de yugular oferta y demanda esgrimidas como alternativa carecen de credibilidad. Las drogas están aquí para quedarse, queramos o no, y cada año aparecerán más. El humanista prefiere por ello que la catarata de compuestos nuevos y antiguos esté sujeta a supervisión. Sólo eso erradicaría el monopolio dispensador de redes criminales, que no lo son tanto por violar una ley injusta como por perpetrar chapuzas y estafas, repercutidas sobre nuestra juventud en forma de navajazos a su organismo. Basta de puñaladas traperas y de fingir que la ciudadanía está protegida cuando jóvenes y no jóvenes sirven de cobayas a cualquier miserable.

Antonio Escohotado es filósofo, ensayista, historiador de las drogas y Profesor de Filosofía y Metodología de la Ciencia en la UNED

ANTONIO ESCOHOTADO, LUIS EDUARDO AUTE, LUIS RACIONERO Y OTROS... SOBRE DROGAS




LOS OTROS SIETE (7) VIDEOS LOS PUEDEN DESCARGAR DESDE AQUI

http://kilometro-zero.lacoctelera.net/post/2008/06/02/sola-dosis-facit-venenum

PJ Harvey - Big Exit





Big Exit



See danger come
I want a pistol
I want a gun
I'm scared baby
I wanna run
This world's crazy
Give me the gun

Baby Baby
Ain't it true ?
I'm immortal
When I'm with you
But I want a pistol
In my hand
And I want to go to
A different land

I met a man
He told me straight
"You gotta leave
It's getting late
Too many cops
Too many guns
All trying to do something
No one else has done"

Baby Baby
Ain't it true ?
I'm immortal when I'm with you
But I want a pistol
In my hand
And I want to go to
A different land

Sometimes it rains so hard
And I feel the hurt
In my heart
Feels like the end of the world
I see the children
Sharp as knives
I see the children
Dead and alives
Beautiful people
Beautiful girls
I just feel like it's the end of the world

I walk on concrete
I walk on sand
But I can't find
A safe place to stand
I'm scared baby
I wanna run
This world's crazy
Give me the gun

Baby Baby
Ain't it true ?
I'm immortal
When I'm with you
But I want a pistol
In my hand
I want to go to
A different land