martes, 5 de junio de 2012

"MI QUERIDA ENEMIGA" NOVELA






   La obra “MI QUERIDA ENEMIGA” (Premio Nacional de novela. Ciudad de Pereira.2011) de Julián Chica Cardona, escritor caldense e hijo adoptivo de Risaralda; es una novela que en apariencia tiene los elementos estéticos de la novela rosa; pero que después de una lectura atenta, muestra al lector con espíritu crítico, nuevos planteamientos y perspectivas. Desarrolla su trama con mecanismos y estructuras clásicas de la novela social y costumbrista, abordando con gran libertad el tema del erotismo. Mediante recursos experimentales de cierta complejidad, el autor nos hace entrar en un juego dinámico con un ritmo que no decae; además, mantiene la tensión y el interés, al tiempo que desarrolla personajes muy elaborados, dando a esta obra caracteristicas de novela de iniciacion o bildungsroman.

   Este tipo de novela, es difícil de encontrar en el panorama de la literatura regional. Adoptando algunos recursos dramáticos del folletín, Julián Chica Cardona, con acierto y maestría, nos lleva a conocer la historia y vida de un personaje que es el prototipo del hijo único; rico heredero de medios de explotación minera (una cantera). Un hombre que tiene una relación superficial con su trabajo, pero que trata de recuperar en medio de una serie de líos judiciales, parte de su patrimonio.

   Paralela a esta historia central; asistimos a la accidentada búsqueda del amor por parte de este mozalbete; altanero, preparado y con lecturas. Sus escarceos y romances con diferentes ejemplares del género femenino, que lo inician en las más disímiles prácticas eróticas. La relación filial y de carácter incestuoso con su hermana Frida, es tratada con un particular sentido del humor; en algunos momentos, hace pasar al lector, de una sonrisa ligera, a una estentórea carcajada. En efecto, Julián Chica Cardona, sabe plantear en términos cinematográficos las escenas más ardientes de su obra: una fornicada de oficina sobre escritorio; el blow job de una adolescente a un sátiro convaleciente con una pierna quebrada (pero con su animal de tres yardas intacto). De la misma manera irónica que trata el abordaje que sufre nuestro antihéroe por parte de una bella tomasera (lease: escopolaminera); seducción narrada desde la pulsión latente del deseo, en medio de un viaje en avión.

   El autor, se arriesga también a tratar un tema tabú en cualquier sociedad contemporánea de la cultura occidental, y es la relación de hombres hechos y derechos, con ninfas, nínfulas y ninfetas, que todavía se encuentran en la edad de la inocencia. Pero lo hace con talento y maestría. Rozando los bordes de la gran pornografía, pero manteniendo el pulso firme en la narración de los aspectos bizarros, surrealistas y grotescos, como en el capítulo en donde narra en fragmentos de monólogo interior, la intoxicación y locura de un hombre bajo el efecto de la escopolamina .

   Es una obra que se proyecta como un referente literario, de las costumbres sociales y ceremonias de iniciación erótica, en las familias del Gran Caldas. El lenguaje de la seducción provinciana, matizado por grandes momentos de inspiración clásica; las trampas del amor y del romance; y miles de juegos extraños a los que se ven avocados los seres humanos, cuando caen asaetados por los venablos del angelito gordezuelo y juguetón que pusieron los artistas griegos, sobre el techo azul-pastel de nuestros amores juveniles. 

   Una novela que se lee con delectación y que tiene una dinámica interior compleja y seductora.




 "Mi Querida Enemiga"
Julian Chica Cardona
Premio Nacional de Novela
Ciudad de Pereira. 2011.
Editorial: Gráficas Olímpica.
Rústica. 238 Paginas.
 

domingo, 3 de junio de 2012

"POR TODO EL ORO DE COLOMBIA" DOCUMENTAL DE PASCALLE MARIANI Y ROMEO LANGLOIS












Hacer periodismo de opinión en este país, conlleva riesgos muy grandes teniendo en cuenta que grandes rebaños adoctrinados por el establecimiento se expresan argumentando no razones, ni siquiera argumentos radicales, sino amenazas.

Hacer periodismo investigativo en Colombia es asunto más complejo, siempre ha sido una tarea peligrosa ya que las familias delincuenciales están en todos los frentes del poder. Quien asuma esa tarea, entra en un laberinto complejo en donde  los intereses del dinero y la ambición, cruzan sus caminos. El periodista de investigación (rama del periodismo de opinión, porque de alguna manera, esa mirada adopta un punto de vista subjetivo), tiene que viajar al centro del conflicto a donde no llegan los periodistas que repiten los informes oficiales ––cajas de resonancia de un engranaje propagandístico––, que tienen muy bien asimilado su papel y se sienten muy cómodos en el.

Muchos periodistas que adoptaron miradas críticas, independientes, que fueron a las fuentes del conflicto, tuvieron que exiliarse; y otros, pagaron un costo muy alto por atreverse a develar los cortinajes que ocultaban los hilos de la tramoya.

La minería en Colombia es el gran problema sobre el que se apuesta en el siglo XXI. Las élites financiadas y apoyadas por el gran capital subastaron la mitad del territorio nacional. Parques naturales, reservas de flora y fauna, territorios de comunidades indígenas y afro-caribes y hasta robaron las propiedades de cooperativas y sindicatos mineros como en el caso de los mineros de Segovia Antioquia.
El problema de los cultivos ilícitos ya no es el gran problema de Colombia. El problema del narcotráfico es apenas una deformación del espectro de la economía internacional.  El problema de Colombia es la minería y los recursos naturales, el petróleo, el oro, el níquel, la plata, el agua. Se han abierto de par en par las compuertas para que mega-corporaciones canadienses, inglesas,  francesas, estadounidenses y españolas vengan por la parte del león apoyadas en leyes y reformas creadas por un sector mayoritario de la clase política que les brindan la seguridad jurídica y el blindaje militar para su actividad depredadora.
Estamos asistiendo al desmantelamiento de un país. Estamos ad-portas de una gran tragedia ecológica de magnitudes insospechadas. Las generaciones futuras no se recuperaran de estos daños en décadas.

Sin embargo en esta Batraxia suramericana. Grandes rebaños adoctrinados que solo escuchan las opiniones y noticias que emanan de las cadenas oficiales y del gran capital. Esas que son idiotizadas mediante hábiles maniobras de espectáculos de masas: futbol, telenovelas amarillistas e impactantes, crece. Crece esa audiencia de analfabetas funcionales que se expresan en redes y que pasan rápidamente de un crimen pasional a una batalla verbal por la actitud de un senador borracho. Entran en el juego sutil del envenenamiento simbólico. Son castradas las mentes críticas y se multiplica el poder de los ejércitos de la propaganda. Asistimos por ejemplo a la lapidación simbólica de una mujer de ancestros africanos, de palabras directas y de actos valerosos que ha pagado con creces su independencia de criterio como lo es Piedad Córdoba; por una caterva de animales adoctrinados, trogloditas intoxicados de patriotismo barato, borregos marcados en los mercados de la opinión pública, cerdos inoculados con la gripe del unanimismo oficial, pandilla multitudinaria que se mueve como bancos de pirañas buscando víctimas propiciatorias para su banquete sangriento.

Pensaba que esas oleadas de odio visceral eran pasajeras, sobre todo, contra personas que de una u otra manera buscaban caminos, soluciones y alternativas concretas, a problemas consustanciales a un conflicto brutal que se ha engendrado bajo décadas de abandono y miseria, además de alienación y guerra contra los fronterizos. De eso se trata el conflicto colombiano; guerra de las clases dirigentes apoyados en los rebaños adoctrinados  de la T.V. ––una plataforma poderosa sobre la que se pueden lanzar todo tipo de empresas, como la de la guerra interna––. Cuando la clase media acepta después de décadas de propaganda política, la necesidad de la guerra interna; llega  a aceptar todo: los falsos positivos, las intervenciones telefónicas, la pérdida de las libertades, los recortes al presupuesto de la educación y la salud, la criminalización de la protesta social. Cuando se llega a la conclusión de que las solución al conflicto es dar más poder al poder, Entonces se hace parte de esa masa dispuesta al sacrificio en el altar de la guerra y de la usura.

Colombia-Batraxia. Batraxia-Colombia es un país que arrojó a los más pobres a sus fronteras y a sus selvas. Expulsó a más de tres millones de compatriotas; los llevo a vivir en el exilio del mundo como parias; y a los del exilio interno los aniquila con glifosato de la Monsanto y bombardeos sistemáticos programados y diseñados desde el norte por los contratistas de las “Black-Waters” (los mismos que asesinaron a más de 150.000 personas en Irak). Estos fronterizos sin patria, estos campesinos sin tierras atrapados en el cruce de fuego, estos mineros sin minas, estos ciudadanos sin derechos, estos "terroristas" sin ejércitos, son el objetivo de este y de todos los otros gobiernos.

Ellos viven en las selvas y maniguas, en las riveras de los ríos y son como las hormigas tambochas que abren caminos de herradura y rutas de barro buscando sustento y marcando brújula para que las dragas, el mercurio y los venenos puedan entrar a funcionar. ¿Destruyen y contaminan? claro que sí. No mucho más que los de las grandes multinacionales. Ellos, los colonos del oro, mueren dentro de las propias heridas que hacen a la tierra. Las multinacionales vienen, dañan, destrozan y se llevan las riquezas dejándonos los desiertos y la tierra baldías.  Estas últimas, para poder invadir esas tierras se  apoyan en ejércitos de servidumbre. Verlos en el documental sirviendo de protección a los verdaderos ladrones, causa grima.
La minería traerá progreso lo gritan a los cuatro vientos. Si es así, la pregunta más elemental es: ¿por qué no han podido resolver el problema de la pobreza en esa comunidades después de décadas de explotación permanente? ¿Por qué no han podido resolver las necesidades mínimas de educación y salud? ¿Por qué no dado trabajo digno a las comunidades ––dueñas por tradición– de eso territorios?

Por eso entiendo a escritores que NO aspiran a comulgar con el espíritu de esa terrible mancha humana. Es necesario ahora desconfiar de la legión. Periodistas como Langlois herido en su trabajo merecen al menos (antes de la censura y la vocinglería patriótica) el adoptar una postura crítica;  mirar, leer y escuchar sus obras. Este video hace parte de ellas. Lo encuentro dilucidador, esclarecedor, además de la denuncia directa de cómo unos delincuentes de cuello blanco ––que hoy en día cobran sus vendettas a sangre y fuego sobre todo el territorio de la patria–– robaron los legítimos derechos de centenares de trabajares y mineros de Segovia Antioquia. Solo una muestra de los que ha pasado y seguirá pasando si estos documentales no se conocen, no circulan,  si sobre ellos no se opina, si sobre ellos cae un velo de silencio.

Además una muestra directa de lo que ya conocíamos pero que en perspectiva nos pone a todos los colombianos ante una encrucijada real e inmediata. Los recursos naturales y la devastación de la naturaleza.

Los jóvenes colombianos deben saber que las familias y dinastías  que hoy ocupan el poder son unos ecocidas y se están llenando los bolsillos con los recursos de todos. No tienen moral, recurren los falsos positivos, a las masacres, a las violaciones, a las interceptaciones, a las tergiversaciones, a los montajes, al rediseño de las fronteras de los santuarios de fauna y flora y están trabajando para los grandes dragones de las corporaciones mineras internacionales. Tienen un libreto de propaganda muy bien elaborado (destilación de los principales lineamientos de Edward Bernays) y los están poniendo en práctica. Tiene los cuchillos afilados sobre el mapa y sus cuentas protegidas en Suiza; están dispuestos a destrozarlo todo.

   Se han atrevido a firmar tratados como el TLC en donde de manera explícita permiten la importación de residuos tóxicos dice de manera enfática Jorge Enrique Robledo en "EL TLC RECOLONIZA COLOMBIA" :

 "....El TLC dañará a la industria nacional  no solo por la vía de impedirle usar aranceles frente a los bienes más baratos de Estados Unidos, al igual que emplear otros mecanismos que, como las licencias previas o la calidad de los bienes, se han usado para impedir o estorbar las importaciones en el mundo, con el sentido de estimular los aparatos productivos locales. Tal el caso de los colombianos que remanufacturan bienes industriales usados, pues muchos de estos perderán toda protección de manera inmediata y el resto en diez años, plazo por completo insuficiente para defenderse de la muy poderosa producción estadounidense de este tipo, los cuales fueron definidos de una manera en la que, según un dirigente gremial de la industria colombiana, “un usado más otro usado da un remanufacturado”. Fue tal el control de Estados Unidos en la “negociación”, que ni siquiera la ropa y los zapatos usados quedaron de prohibida importación, pues los dejaron en un listado de licencia previa que anuncia que cualquier día podrán importarse sin ningún obstáculo, luego de modificar una simple resolución. ¡Y en la misma condición quedaron los residuos tóxicos y peligrosos! Cómo se nota el propósito de Washington de llenar a Colombia con sus desechos: vísceras de reses, trozos de pollos, lactosueros y gallinas y vacas viejas. ¡Triste condición la de los países que terminan convertidos en la caneca donde los imperios tiran sus residuos!" *


   Miren las heridas brutales sobre la tierra. Miren el veneno pesado dentro de las arterias de los ríos. Miren el despojo de los territorios sagrados.

   Es verdad existen motivos de indignación y son estos, aquí están. No esperen a que nos programen la agenda de la indignación con novelitas y episodios de tercera. (La escena de los indígenas protegiendo sus lugares ancestrales es por lo menos elocuente) ya que de cierta manera revive una escena de siglos pasados: el hombre contra las máquinas; pero en este caso, no son las máquinas, sino lo que en este contexto de la minería en particular representan.

   Apenas estamos entrando al centro del conflicto. Ya era hora.   




*El TLC recoloniza a Colombia
Jorge Enrique Robledo
P44