miércoles, 11 de marzo de 2015

UNA NUBE...UN CABALLO...





“En verdad la aurora es la cabeza del caballo listo para el sacrificio, siendo el sol su ojo; el viento es el aliento del animal, la boca el fuego, y el año su cuerpo. El cielo es su espalda, el firmamento el vientre, la tierra el pecho, y los cuatro puntos cardinales los lados del cuerpo; los puntos intermedios las costillas, los miembros las estaciones, los tendones, los meses y las mitades de los meses; los pies los días y las noches, los huesos las estrellas, y la carne, las nubes; la comida semidigerida es la arena, los ríos los intestinos, el hígado y los pulmones las montañas, y los cabellos, las hierbas y los árboles. Cuando el sol se levanta, es la frente; cuando se pone, la parte posterior del caballo. Cuando el caballo tiembla es el relámpago; cuando da coces, el trueno; cuando hace agua, la lluvia; cuando sopla el viento es la voz del animal”.
BRIHADARANYAKA UPANISHAD

PRIMER ADHAYA

PRIMER BRAHMANA







Una nube se lleva el alma* de un caballo…

Inclinados sobre la bestia agonizante...
Los hambrientos de las fiestas del veneno arrancan los cuartos traseros del  animal.
Armados de cuchillos matan a la bestia noble que agoniza; 
esta, ha sido embestida y destripada por un toro en corralejas.

Una nube cargada de alcohol se difumina sobre la sombra y el sol de la plaza cercada. 
La parte en dos, como a una cabeza de una diosa antigua.

¿Qué es lo que cae sobre la arena de aquel cerco de miseria?... 
¿El odio? ¿el hambre?

¿Qué corriente arrastra la vida de un caballo de fuego que patalea ya sin fuerzas;  
los ojos abiertos al horror del cielo?.

El sueño del caballo se aleja sobre una nube de polvora y aguardiente…
Sus riberas, sus atardeceres, el viento de las quebradas…

¿Por qué el hombre entregó su hermosa y palpitante vida al circo?
Y esas bestias que danzan bajo una marea de banderas sucias… y esos jóvenes de semblantes sangrientos… y ese sol amarillo podrido que alguna vez fue un ídolo metálico que golpeó sus caras al galope de la risa.
Ese sol que alguna vez acompañó su trote sobre el la ribera del río.

(Ya no las yerbas sobre el agua y las risas de los niños…)

Pequeños demonios empuñan cuchillos de filo romo;  flacos muchachos que dejó la marea de la guerra.

Escupitajos de borrachos caen sobre las nubes de polvo, que el caballo deja.

Pobres niños sin su caballo de inocencia.

Pequeños bárbaros del hambre sobre el cerco de la muerte mientras las monedas caen… 
Maná de plata sucia sobre la sangre que rueda en alborozada algarabía de carnaval enlodado.

Niños y hombres, que al matar mueren...
Y que al morir, dejan escapar al vuelo el grito sordo del miedo…asustado y herido, caballo de libertad.



*Diran algunos que un caballo no tiene alma. 

y puede ser...puede ser que algunos animales inteligentes y sensibles no tengan alma...de la misma forma que algunos hombres nunca la tuvieron. Ni siquiera tuvieron la oportunidad o la entereza de forjarse una.


O.G.R.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Gruppa Krovi (TIPO DE SANGRE) Rock Ruso -KINO- (VICTOR TSOI)




Víctor Tsoi
compositor y cantante de rock



(21 de junio de 2012 Konstantin Bakanov, Moscovskie Novosti)



Hace 50 años nació el líder de Kino, mítico grupo de rock ruso de los años 80. Tras una muerte prematura, Tsoi se convirtió en leyenda


Víctor Tsoi, inmortal estrella del rock




Es difícil creer que haya pasado toda tanto tiempo desde el lanzamiento del primer disco del grupo 'Kino' y que en un día como hoy, Víctor Tsoi habría cumplido 50 años.


En la actualidad se escucha a menudo que “una estrella del rock debe morir joven”, de la misma manera que tiempo atrás debía hacerlo un poeta. ¿Quién necesitaría hoy en día a un canoso Tsoi, de 50 años, gordo y medio calvo? No son pocos los fans que creen que si hubiese alcanzado la vejez, no se hubiese convertido en leyenda.

“En nuestro país hay que morir para ser completamente popular”, dijo en una ocasión el líder de la banda 'Zoopark', Mike Naumenko, que falleció poco más de un año después de la desaparición de Tsoi. Sin embargo, tampoco se puede considerar la muerte prematura como un medio eficaz para dejar huella en la historia del rock. ¿Quién sabe en qué se habría convertido Tsoi? ¿En un músico ordinario como muchos rockeros actuales, que actúa entre colegas y amigos en algún club de rock de Leningrado, Sverdlovsk o Moscú? ¿O en un patriarca como Borís Grebenshchikov, que anuncia la celebración del 4000 aniversario de 'Aquarium' (en realidad 40 años). Decir que Borís Grebenshchikov ha dejado de ser interesante con los años no sería correcto.


Aunque Tsoi, fallecido a los 28 años, se convirtió en un verdadero símbolo del rock, cuando el rock ruso vivía su momento de mayor gloria. En aquel entonces, en los albores de la perestroika, ocurrió algo inexplicable. El fenómeno se convirtió en leyenda y se escribieron infinidad de libros intentando explicar por qué el país necesitaba precisamente ese tipo de música, algo que en realidad resulta imposible de explicar. Pero si nos olvidamos del componente sociopolítico, de su función como soplo de aire fresco para la cultura de masas del país, encadenada en la censura ideológica, realmente no había muchos que tuvieran aptitudes y cuyas canciones pudieran ser escuchadas por millones de personas.


La voz del pop báltico


Tsoi fue uno de los pocos músicos de rock que realmente tenía talento y eso quedó claro. Sus canciones son emocionales y accesibles. No es una casualidad que suyas sean las primeras que tocan los jóvenes amantes de la música rock cuando empiezan a aprender a tocar la guitarra. La frase que mejor define su obra es: las ideas más geniales son las más sencillas. Fue precisamente esto lo que le interesó al productor Yuri Aizenshpis al igual que a Vlad Stashevski, Katia Lel y Dima Bilán y no hay nada de sorprendente en ello: Kino es música pop en sí, pero no empalagosa e intencionadamente primitiva, sino verdaderamente popular. 


Víktor Tsoi no era ni ángel ni un demonio, era simplemente un buen músico. Pero lo que ocurrió fue que acabó convirtiéndose en nuestra figura sagrada del rock.


Hace poco visité el apartamento de Alexánder Lipnitski en Karetni ryad. En esa vivienda del que fuera compañero de clase Piotr Mamónov (actor y músico) e hijastro de Víktor Sujodrév, traductor personal de Jruschov y Brezhnev, se quedaban todos los rockeros de San Petersburgo en los años 80. Daban conciertos allí. Mantenían largas conversaciones en la cocina, algo típico en la época soviética. “En ese mismo lugar donde estás ahora sentado había un estrecho sofá semicircular donde le gustaba dormir a Tsoi”, dice Lipnitski en la cocina. “Era poco exigente, se adaptaba a todo. A Tsoi no le gustaban las conversaciones demasiado inteligentes y no hablaba de temas que no dominaba. Hablaba de comida y de música. Le encantaba el cine, por ejemplo, Bruce Lee”.


A pesar de su gran fama, Víctor Tsoi sigue siendo un hombre de la contracultura. Las autoridades no dispuestas a apoyar las iniciativas para construir un monumento en su honor o cambiar el nombre de alguna calle. Los fans restauran por su cuenta la 'pared de Tsoi' situada en la calle moscovita de Arbat o protegen la legendaria sala de calderas 'Kamchatka' en San Petersburgo, donde él y otros músicos trabajaban para no caer bajo el estigma del 'parasitismo'. Al mismo tiempo, recaudan fondos para un monumento que por el momento carece de fecha. Honestamente creo que es mejor así. Este es el mejor monumento a Tsoi, ya que cuando se cubre de bronce a un rockero como él, éste deja de ser un rockero. Incluso 22 años después de su muerte. 


Pero tampoco es que se olviden de él. Habrá conciertos y festivales en su memoria en Moscú, San Petersburgo y los Urales. Tanto en ciudades grandes, como pequeñas. Los organizadores del próximo festival 'Nasheshtvie', anunciaron ayer que cada grupo que suba al escenario interpretará una canción del repertorio de “Kino”.



Artículo publicado originalmente en Moskovskie Novosti