martes, 28 de octubre de 2014

LOS IGNICIONISTAS

¿Quiénes son los Ignicionistas?

El Ignicionismo no es una nueva ideología, no es una corriente intelectual, ni tampoco es una nueva terapia de autoayuda que nos traerá la solución a un devenir mental no elegido. Claudio Molinari Dassatti, escritor y traductor argentino afincado en Madrid, tampoco es el líder de nada más que de su propia inquietud artística, digamos, humana. Germen de una corriente de escritos que tendrán al hombre y su modernidad como centro, nace el Manifiesto Ignicionista, recordando a los de las vanguardias del siglo pasado, en el que se reparten bofetadas intelectuales para despertar de la pasiva distracción, cuestionar la industria del arte y la misma relación del hombre con su creación. “Nosotros no multiplicamos la nada. Nuestros actos serán únicos o ningúnicos”.
Frente a la preponderancia de la difusión sobre la creación, del diseño sobre el contenido y de la repetición constante en vez de la originalidad, los ignicionistas nos invitan a quemar todo lo que creamos innecesario para evitar perdernos en la confusión del arte institucionalizado.

Cuando el arte deja de convertirse en una creación espontánea, ¿de qué podríamos estar hablando?
El arte o un asesinato pueden ser espontáneos. El tema no es cómo nace la idea sino qué se hace con ella, si la dejamos macerar en el cajón o la soltamos cruda, si la engalanamos de modo que tenga más capas, más profundidad, más fractalidad… Después están las ideas repentinas, esas que hacemos por diversión y punto. Pero no son lo mismo y no pueden justificarse del mismo modo.

Si arte y pensamiento es reproducido, ¿qué papel tiene el ser humano?
El ser humano tiene el papel de percatarse de ese detalle. No se puede crear sin tener en cuenta la realidad, de la misma manera que o se crea ignorando el punto de vista del lector. Perdón, pero yo siempre enfoco desde el punto de vista del que escribe…

¿Cuál es el idioma de los ignicionistas?
Creo que sería un idioma para hablar de cómo crear, una estética consecuente con el medio hipersaturado con el que interactuamos, e incluiría el amor por lo sucinto, el desprecio de la obviedad y el recorte sin piedad de lo innecesario.

Cuando se ironiza lo absurdo, al menos, parece que se desvela el manto de obviedad, ¿no crees?
Cuando veo que la gente se espanta y se pone humanitaria, es inevitable que me de la risa, porque nosotros somos lo absurdo, los humanos. Somos la raza que mata y destruye todo lo que encuentra a su paso. Lo envenenamos todo y lo que no envenenamos lo matamos. Expoliamos y explotamos para que no nos expolien y exploten. Somos nuestros propios verdugos, verdugos-suicidas, y la historia no es más que un compendio de destrucción, muerte y horror, de autoflagelació. Y quien diga que no es parte de ello es porque tiene alguna casta de intocables que lo hace por él. Eso somos los humanos
Ahora bien, si partimos de ahí quizá podemos empezar a hablar de la obviedad. Los rusos tienen un dicho: ‘todo chiste contiene un poco de humor’. Lo dicen porque el resto es solo verdad ignorada.

El Ignicionismo como una corriente ideológica, pero ¿se cumple la paradoja que ironizaba Groucho Marx acerca de no pertenecer a un grupo que tuviera a uno mismo por socio?
Yo traduje a Groucho y tuve que leer mucho sobre él. Groucho era ante todo un tipo muy sincero. Una vez le preguntaron: ‘¿Cuál es la principal causa del divorcio?’ El contestó: ‘El casamiento’. Como ves, volvemos a la teoría rusa del humor. Volviendo a tu pregunta, cuando hice la primera tirada del manifiesto, salí a pegarlo con la idea de que quien lo considerara útil lo despegara y se lo llevara a su casa. Cada uno toma lo que necesita y creo que somos muchos los que nos sentimos estafados con esta producción masiva de cultura, o ‘contenido’, que es como se llama ahora a este alud de desasosiego.

El fuego, ¿único aliado para interrumpir la deriva contradictoria de la contemporaneidad?
La contemporaneidad no es nada contradictoria, lo que vivimos es fordismo cultural a tope y se nota. Fíjate en Dan Brown, por ejemplo (“Código Da Vinci”). Alcanza el éxito con una novela, pero seguramente firmó un contrato para escribir dos novelas más. Dos repeticiones o refritos sin ningún otro sentido que el de hacer dinero. Porque Dan Brown no trabaja para una editorial sino para una multinacional que fabrica contenido. Y no es lo mismo. El problema es que muchos creadores ya empiezan a pensar de ese modo, y esa no es una actitud artística. Si lo fuera, la frase ‘por amor al arte’ no existiría. El asunto es meterle tiempo a tu obra, no a su difusión.
En cuanto al fuego, es una metáfora. Aunque me gustaría hacer una barbacoa ignicionista en la que todos lleváramos alguna obra propia que no esté a la altura, para hacerla arder.

Vanguardia es el frente, lo más veloz, ¿lo más fugaz?
Vanguardia, como decía Pound, es lo ‘eternamente fresco’. Pero para que algo sea eternamente fresco debe tocar una fibra, un sentimiento universal. No se puede mirar una obra de Mondrian y pensar “esto lo hizo para salir en las revistas o conquistar a una modelo”. Uno ve esas obras y piensa: “aquí necesariamente tiene que haber algo”.
 manifiesto-ignicionista1


Según los ignicionistas, ¿existe un manual de acción para contrarrestar las constantes interrupciones comunicativas entre seres pegados a sus terminales portátiles?
Convertirse en una interrupción sublime.
Es evidente, cada vez más, la presencia de una nueva generación de Hikikomoris en España, donde sin trabajo, muchos huyen de su humillación social escondiéndose en el refugio tan confortable que ofrecen hoy los medios digitales…”rejas para protegerse del miedo”.
También es evidente que el exterior es cada vez más agresivo. La gente consume más alcohol, más drogas y más fármacos, o sea drogas legales, pero no por vicio sino porque este planeta es cada vez más insoportable para las almas sensibles. Es como vivir constantemente en una discoteca llena de gente, ¿quién en su sano juicio quiere vivir constantemente rodeado de ruido, humo y gente propulsada por sus instintos más básicos? Mejor drogarse en casa y asomarse al mundo desde ahí, para al menos poder dosificar la violencia imperante.
Yo soy hikkikomori… y a mucha honra.
[Blog de Claudio Molinari y la experiencia diaria de un hikikomori http://claudiomolinaridassatti.tumblr.com/




OUT AND ABOUT: 2nd IGNITINIONIST MANIFESTODesign English version: Hannah DawnTo read at actual size and to download high-resolution PDF click here;http://claudiomolinari.wordpress.com/2014/09/15/2nd-ignitionist-manifesto-english/





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Más que virtualidad aumentada, ¿realidad disminuida?
La realidad aumentada es hacia donde se dirige la corriente. Pero quien se dedique a un quehacer artístico o creativo jamás debe hacer lo que hace la masa. No por esnobismo sino porque para poder estudiar la sociedad -y por tanto vernos a nosotros mismos- uno debe plantarse lo más afuera de ella que le sea posible. Esa es la tarea de un artista. El resto es el trabajo de los grandes productores de música, televisión y cine, además de los gestores de los museos de arte contemporáneo, el nuevo opio de las masas.

¿Existe el silencio en la era digital?
Encontrarlo es la única meta de la inteligencia. Sin silencio no hay posibilidad de discernimiento, que es la materia prima necesaria para diferenciar el ruido del conocimiento
Arturo Triviño

lunes, 27 de octubre de 2014

HÉCTOR ESCOBAR GUTIERREZ, EL HERESIARCA NEGRO.



Sábado 18 de octubre 2014. Ha muerto el Hierofante negro, Héctor Escobar Gutierrez, poeta ocultista y hermetista. Fiel seguidor de las enseñanzas de Aleister Crowley, y  Szandor LaVey. Visionario de los profundos arsenales donde duerme amortajado el pueblo de los metales. Que el ángel de la estrella venusina lo acoja en su claridad de fuego y de rubíes; donde fundirá su alma de heresiarca en el crisol luminoso del Baphomet.

G.D.NN.


martes, 29 de julio de 2014

UN FESTIVAL DE POESÍA QUE DA VOZ A LOS PUEBLOS DE LA TIERRA





POETA FREDY KHINCANGANA DE LA NACIÓN YANACONA, COLOMBIA.





UN FESTIVAL DE POESÍA
QUE DA VOZ A LOS PUEBLOS DE LA TIERRA

Orishas, Nahuales, Chamanes, Mamos, acompañados de flautas, ocarinas, tambores y naturalmente, sus voces que, desde todos los puntos cardinales de la tierra, se dieron cita en el 24o festival internacional de  poesía de Medellín, por los pueblos de los mundos y por la paz de Colombia. Paz justa primavera del mundo” fue la consigna bajo la cual se cantó y se leyó poesía. Más de 150 recitales, cerca de 80 poetas de América, África Europa y Asia, en un encuentro sin precedentes abierto al público.

 La poesía en nombre de la tierra, se expresó en francés, inglés, español, ruso, y decenas de lenguajes y dialectos de diversas naciones y pueblos de toda la tierra. La solidaridad expresada para con el pueblo de Palestina, ante la brutal agresión que el estado  de Israel ejerce con la complicidad de Estados Unidos y la Unión Europea, resonó también de forma clara y contundente.

Medellín, una ciudad que se cambia de la mano de la cultura y el arte, pero a la que, transformaciones económicas y culturales todavía no le alcanzan para cerrar una brecha que como una herida trata de cicatrizar sobre el cuerpo social.  Sin embargo es previsible, que los procesos darán sus frutos a mediano y largo plazo. Es nuestra esperanza que la fuerza de la cultura se interiorice de manera permanente en una sociedad que quiere, desea, anhela trasformaciones en beneficio de la paz. Una ciudad importante en el conjunto de nuestra nacionalidad y un referente mundial en el campo de la literatura leída de cara al público.

Muchos dirán que la literatura y el arte no influyen en una sociedad, al menos de la forma como en el pasado los grandes meta-relatos (que también hacen parte de la literatura) lo hicieron mediante corrientes de pensamiento global que afectaron y movilizaron a grandes colectividades humanas; pero, la literatura y el arte pueden transformar el alma de un niño, un joven, un hombre, una mujer. Si esa pequeña transformación espiritual opera gradualmente en el conjunto de una sociedad, es importante. Ya que basta esa semilla para que puedan germinar los frutos del futuro. Es verdad que la literatura muchas veces entra en conflicto con la sociedad. Que ese choque adquiere matices dramáticos y a veces, el litigio entre artista y sociedad es un conflicto sin resolución total. El escritor muchas veces ha sido condenado a ser un outsider, y como tal, propone su poética. Pero el arte reflexiona desde la crítica y opera sobre el imaginario social de una manera creativa, nunca destructiva.

La poesía es crítica, pero también gozo estético; es atrevimiento dinámico, pero también contemplación estática; es figurativa por su imaginería y abstracta por sus conceptos. Cuando la conciencia ecológica se torna literatura para dar lugar al espíritu del mundo, es entonces cuando comienza la verdadera transformación. Reconocer a la tierra como madre naturaleza y comenzar a destinar para  ella las mejores obras, cambio en la conciencia, trasformación en la actitud y en la estética cotidiana del obrar.  

Esas transformaciones solo pueden ser plasmadas en un país en paz. De nada sirven educación y cultura, si la juventud de este país se ve avocada a la guerra y a la muerte bajo cielos de tormenta. Años de sufrimientos y perdidas humanas, económicas, ecológicas y naturales han servido de telón de fondo a una barbarie que solo beneficia a unos pocos en los grandes estamentos del latifundio, la banca, la burocracia, la política y el poder. Colombia requiere de transformaciones reales, el pueblo está aportando la sangre, la fuerza y la poesía en este proyecto futuro; se requiere que aquellos que se alimentan de la guerra, dejen sus espíritus de tierra arrasada, neutralizados en la profundidad de sus almas, y que el gobierno dé los pasos necesarios para que la comunidad y los ciudadanos, entren a proponer los cambios más urgentes. Es la ciudadanía empoderada la que debe marcar los derroteros inmediatos.

El poeta no está de espaldas al conflicto. Lo vive de manera directa. Como todos los colombianos, tiene una familia afectada por la guerra. La naturaleza de su arte está cercana con las vibraciones del entorno, hostiles o inarmónicas; el poeta trata con esfuerzo de establecer una voz de comunión entre el hombre y la ciudad; entre la ciudad y la naturaleza; entre los animales salvajes y ese otro animal domesticado que es el hombre. Las voces de los poetas en todo el mundo proponen una revolución estética y de conciencia. Una revolución a escala humana y ecológica. En esa revolución, la parte económica es de obligada referencia. No se puede seguir avanzando en pro de la reconciliación en medio de la guerra. Mientras la riqueza está destinada a  expoliación y la masacre, no se puede seguir soñando con la paz bajo una lluvia de sangre.

Cuando las tierras regresen a los campesinos desplazados; cuando la dignidad en la ciudades se establezca de manera que las comunidades puedan desarrollarse, con acceso a los servicios básicos de la civilización; cuando las oportunidades de estudio y progreso para todos los jóvenes esté al orden del día; cuando los santuarios naturales no sean el botín de minería de las grandes trasnacionales; en esos momentos, la voz de la poesía cantará con una fuerza de sinfonía de paz, armonía y comunión. Por el momento, eleva su voz y clama bajo lenguas de fuego, bajo soles de veranos extensos. Con esperanza, la voz de los poetas canta al lado de sus pueblos aborígenes, así muchas veces, sus cantos perecen acallados bajo el ruido de la maquinaria de la usura y de la guerra.

En Medellín, se escucharon los cantos y versos de Gcina Mhlophe de Suráfrica que con su góspel de libertad abrió y epilogó el festival en el cerro de Nutibara acompañada de cientos de espectadores y participantes. Los cantos urbanos y tribales de Tzu Baktun kan de la nación maya tz`utujil  que salmodiando a la manera de un rap místico, puso a danzar a los jóvenes de la ciudad. Los poemas y música de Joy Harjo, hermosa poeta de la nación Muskogee de los Estados Unidos que nos transportó a sus praderas sobre la cabalgadura de su Mustang de sueños. Los textos de Joséphine Bacon de la nación Innu de Canadá en donde la comunión con la naturaleza y el espíritu de los ancestros estaba presente como un tótem animal de fuerza natural. Fredy Chikangona de la nacion Yanacona del Cauca colombiano; quien con sus poemas nos recordó que no somos más que visitantes de una gran tierra, que nuestras vidas son frágiles y efímeros sonetos, mientras que la historia de la tierra pertenece a  una gran mitología de escala cósmica.

Además de estos poetas otros que hacen parte de la tradición literaria colombiana y sudamericana como: Renato Sandoval de Perú, Vilma Tapia de Bolivia, Liliana Ancalao de la nación Mapuche (con limites étnicos entre Argentina y Chile), los poemas urbanos y libertarios de Yuri Zambrano de México; las voces personalísimas y depuradas de Horacio Benavides, Rafael Patiño,  Rómulo Bustos, Juan Manuel Roca y Jotamario Arbeláez de Colombia, entre muchos otros, fueron quienes con sus textos llenaron de fuerza lírica y mística las docenas de escenarios que estuvieron disponibles para el propósito: desde comunas nororientales, hasta bibliotecas públicas; desde sedes sindicales hasta auditorios universitarios; desde los parques temáticos, hasta los jardines botánicos. Todo ello organizado por un equipo de jóvenes (entre traductores, lectores, actores, camarógrafos y fotógrafos); coordinada troupe bajo la dirección acertada de los poetas Fernando Rendón y la coordinación de Luis Fernando Rendón,  quienes lograron,  que la palabra viviera de nuevo en voz de sus autores, generada en un espacio de comunión y fraternidad.

Cuando la poesía se mueve como una máquina de paz en tiempos de guerra, cualquier sueño puede ser posible. El propósito de esa fuerza colectiva, es mantener viva la esperanza, activar la comunicación poética con la naturaleza, y no dejar que las voces de los ancestros mueran o se apaguen.

Miles de velas encendidas al cierre del festival fueron la representación simbólica de almas y de voces que nunca se acallaron. Que seguirán viviendo eternamente aún bajo cielos de guerra y  oscuridad.


Omar García Ramírez